jueves, 6 de diciembre de 2007

Ser, estar

Entre ser y estar hay un gran abismo

Una cosa es estar solo y otra muy distinta sentirte solo.
Ser un tonto o sentirte un tonto, no es lo mismo.
Ser la trampa, o caer en la trampa
Ser la encrucijada o entrar en la encrucijada,
Ser el laberinto o estar en el laberinto en sus íntimos y recónditos lugares que somos nosotros mismos.

Tener. ¿Que tengo?
La vida, nuestra personal e intransferible forma de vivirla.
Tú puedes ser un invitado o un turista, lo que quieras… o puedes decidir quedarte para un rato o para siempre.
Al final nada tiene demasiada importancia sólo lo que queramos que dure o que perdure.
Tener, tengo lo que soy, lo que estoy?
Lo que es inútil no sirve para nada, un sobrepeso en nuestra mochila, esa que aprendí hace tiempo ha de ser proporcional en kilos soportados y en medida a la envergadura de nuestro cuerpo. El dolor es un aviso, un detente a tiempo que tiene que durar sólo lo justo y necesario para, sin que cunda el pánico, buscar la fórmula, la salida para dejar de sentirlo. De nada sirve perpetuarlo por más que nos prometan un cielo merecido a golpe de martirios. Es mentira.
Se puede dibujar una ventana, una puerta, una salida, un eden, un bello atardecer sobre un muro y al rascar la superficie no encontrar más que la gélida piedra. Se puede construir sobre mentiras destruyendo.

Se puede ¿por qué no?
Las personas dejan de estar, muchas veces se van. Algunas dejan de ser, depende de las cosas que crean sus convicciones, El tener o dejar de tener es relativo, eso ocurre con mas frecuencia. Se puede tener o no tener, estar o no estar. Pero entre ser y no ser no deberia de existir diferencia. Uno sencillamente es.

Yo creo que soy, en este momento estoy.
Es así de sencillo.
Esa es la garantía.

Lo que yo ofrezco sin perspectivas falsas

Fer